viernes, 1 de julio de 2011

Matías Almeyda dará sus primeros pasos en el banco y tendrá la dura tarea de devolverlo lo antes posible a Primera.


Los antecedentes le sonríen: siete de los ocho anteriores que debutaron en River fueron campeones. Recordalos.

Matías Almeyda, criado futbolísticamente en River, debutó en Primera de la mano del actual presidente, Daniel Passarella. Si bien ya estaba retirado del fútbol, regresó al club de sus amores para poner el hombro en un momento difícil y tomó la voz de mando desde el primer instante. Aunque se quedó afuera del partido decisivo ante Belgrano, por haber llegado a la quinta amarilla, lo vivió intensamente desde un costado de la cancha, con el buzo puesto, y hasta se lo vio dar alguna indicación. Al otro día ya pensaba como técnico.

A pesar de sus 37 años, el Pelado fue el tercer jugador con más partidos en las últimas tres temporadas de River. Y, decretado su descenso, le pidió a Passarella hacerse cargo del equipo para liderar el regreso a la máxima categoría. Será la primera experiencia de Almeyda como DT, en una división desconocida para el Millo y con la imposibilidad de contar con grandes refuerzos. Pero los antecedentes le juegan a favor: en su historia, fueron ocho los técnicos que dieron sus primeros pasos con la banda y, salvo Mostaza Merlo, todos fueron campeones.

Víctor Caamaño

El Tano fue el técnico del primer campeonato de River en el profesionalismo, allá por 1932. En su época el puesto no tenía mucha relevancia y Caamaño se dedicaba, además, a entrenar atletas. Como un reconocimiento, la pista de atletismo del Monumental fue bautizada con su nombre. Se retiró en 1933, luego de tres años al mando del equipo, con un saldo de 62 victorias, 18 empates y 23 caídas en 103 partidos dirigidos.

Renato Cesarini

El Tano transitó sus últimos años como futbolista en River y, a su retiro, agarró el primer equipo. Cesarini pensó y armó a la primera Máquina, la que de memoria alineaba a Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau y que consiguió, con un fútbol brillante, los títulos del 41 y el 42. Elegante en las formas y con una gran capacidad para transmitir sus ideas, encarnó la identidad de la escuela millonaria en inferiores. En 1944 le dejó su lugar a Peucelle y regresó al club seis años después, para dedicarse plenamente a los juveniles. Durante ocho años formó jugadores que luego fueron leyenda, como Sívori y el Beto Menéndez. Tuvo otro paso por el banco de Primera a mediados de los 60, en el que se quedó a las puertas del campeonato y la Libertadores. Se retiró con un record impecable: 270 partidos dirigidos y sólo 37 derrotas (157 PG y 56 PE).

José María Minella

Señor volante central, Minella también se puso el buzo de técnico ni bien colgó los botines. Ya en su primera temporada (1947) dio la vuelta olímpica y no le perdió más el gustito: en total fueron seis campeonatos, incluyendo el primer tricampeonato del club, entre el 55 y el 57. Fue un DT sin rebuscamientos, que privilegiaba la inspiración de sus futbolistas y no le daba peso a la táctica. Su gran logro fue amalgamar la experiencia de las grandes figuras con la frescura de los nuevos talentos de inferiores. Largó la dirección técnica en 1959 y tuvo un breve regreso en el 63. Muy identificado con River, varias veces afirmó que a Boca no iría ni por el doble de plata.

Reinaldo Merlo

Reinaldo Carlos Merlo agarró el banco de River en la primera ronda del torneo 89/90 1989/1990 begin_of_the_skype_higend_of_the_skype_highlighting y lo dejó en el segundo puesto, además de haber logrado la clasificación a la Copa Libertadores. Había llegado de la mano del Beto Alonso, por entonces director general de fútbol del club, y si bien el estilo de su equipo no correspondía al paladar histórico del hincha del Millo, los resultados lo acompañaron. Sin embargo, terminada la primera parte de la temporada, fue electo como presidente Alfredo Davicce y Mostaza, fiel a su palabra, dejó el cargo aunque le pidieron que se quede. En su reemplazo llegó Passarella, actual presidente y también debutante, quien finalmente consiguió el título. Mostaza tuvo luego otra etapa como timonel del Millo, entre 2005 y 2006, pero sin éxito.

Daniel Passarella

Daniel Passarella llegó al banco de River en 1990, de la mano del presidente Alfredo Davicce, en reemplazo de Mostaza Merlo. Con un estilo rígido desde el vamos, borró a históricos como el Negro Enrique y consolidó a juveniles, como Juanjo Borrelli, el Chapa Zapata y el Negro Astrada. Supo darle el toque de brillo que le faltaba al River de Merlo y terminó festejando en su primer temporada (89/90). Las vueltas olímpicas se repetirían en los Apertura 1991 y 1993. ¿Una cuenta pendiente? La Supercopa de 1991, perdida ante Cruzeiro. Luego retornaría en 2006, bajo la presidencia de José María Aguilar. Sin embargo, fue una etapa negativa y, salvo por un puñado de éxitos ante Boca, no se pudo repetir lo logrado en la anterior. Sin títulos, se terminó yendo en 2007, tras la eliminación en la Sudamericana.

Américo Gallego

Tras haber acompañado a Passarella en el banco, en 1994, con la designación del Kaiser para la Selección, le tocó el turno de entran en acción al Tolo Gallego. Con Francescoli como figura estandarte, más el aporte de juveniles –que ya estaban de la etapa de Passarella- como Ortega, Gallardo, Almeyda, el Tolo salió campeón del Apertura 1994 de manera invicta. Luego de ello, se unió a Passaerlla en el cuerpo técnico de la Selección. Volvió en el 2000, reemplazando a Ramón Díaz y volvió a dar la vuelta en el Clausura. Como saldo negativo, quedaron las eliminaciones en dos Copas Libertadores y la pérdida de dos campeonatos locales.

Ramón Díaz

Llegó en 1995, tras la partida de Carlos Babington. Si bien al principio fue resistido, luego de una buena pretemporada, consiguió su primer título en 1996: nada menos que la Copa Libertadores, la segunda en la historia del Millo. Polémico y verborrágico, sus equipos desplegaron el fútbol que le gusta al simpatizante riverplatense. Además, logró un tricampeonato local y la Supercopa 97. Su única manchita fue no haber alcanzado la Intercontinental ante la Juventus. Tras un año de transición, retomaría la senda de la victoria en el Apertura 99. Abandonó su cargo en el 2000, pero volvería a tomarlo a mediados de 2001, en reemplaz del Tolo Gallego. En ese segundo ciclo, consiguió un título más (Clausura 2002), que lo convirtió en el DT más ganador de la historia de River, superando a Ángel Labruna. Aguilar no le renovó el contrato y se tuvo que ir en 2002. Siempre es un nombre que anda dando vueltas para tomar el cargo en el Millo.

Leonardo Astrada

En 2004, luego de la salida del chileno Manuel Pellegrini, Leo Astrada tuvo el honor de sentarse en el banco de River. En su primer semestre, el jugador que más vueltas dio con el Millo se dio el gusto de quedarse con el Clausura y llegar a semifinales de Libertadores, cosa que repetiría en 2005. A mitad de año, tras una derrota con Banfield por 4-1 en el Apertura, decidió dar un paso al costado. Fue llamado nuevamente en el Ap 09, tras la salida de Pipo Gorosito. En un período de vacas flacas, el Negro no duró demasiado en su cargo y, a mediados del Clausura 2010, Daniel Passarella, ya presidente del club, lo destituyó.

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